Amanece,
Dios aún no ha perdido la fe en nosotros.
Mi madre
tiembla bajo mis pies, nos pide que no la olvidemos, especialmente hoy, no la olvidemos.
Que no sea
necesario el acero y la pólvora para recordar a aquellos que lloraron en
silencio, al ver la tierra que sus abuelos ceremoniaron, sumida en cenizas,
codicia y abandono.
Que no
volvamos a vivir aquel dolor, aquel desprecio, aquella indiferencia.
Amanece,
nace una nueva flor y los gorriones juegan en mi ventana... La tierra nos ha
perdonado hace tiempo.
Tal vez es
hora de mirarnos al espejo y reconocer en esos ojos a aquellos hermanos que
lucharon y a aquellos que invadieron, porque finalmente somos todos,
conquistadores y conquistados, víctimas y victimarios de este andar tan frío
que por momentos parece definir a toda la raza.
Tal vez sea
hora de salir a la calle, y comenzar a tratarnos con respeto. A reconocer que
no existen diferencias verdaderas, que todo lo que nos separa o nos “distingue”
solamente es superficial, porque en nuestra esencia somos uno, somos todos, los
que fuimos aquel octubre, los que somos hoy, los que seremos.
Tal vez sea
hora de abrazarnos, de dejar las banderas y los títulos de lado, reconocernos
como hermanos… y finalmente… como pares.
Amanece, un
nuevo niño nace… una madre llora de alegría, La vida aún confía en nosotros.
Entonces tal
vez debamos festejar la vida, y ponernos al servicio de aquellos que más nos necesitan,
defendiendo la vida, ante todas las cosas.
Tal vez
tengamos una nueva oportunidad de extender la mano, de recordar con conciencia,
de construir en paz.
Tal vez
podamos al leer estas palabras, aunque sea por un instante, reconocer que somos
la herramienta, el fin y el medio por el cual el amor sanara todas las heridas
por tantos años construidas, y así un día despertar y no saber si es 12 de
octubre, 2 de abril, o 9 de julio… porque los corazones que han sido sanados
por el amor, poco les importa recordar las fechas… a fin de cuentas, cada día
es un buen día para Amarnos.
Para qué, para qué se pregunta el viento de ayer,
ResponderEliminarAquél que besó la frente del que cayera
Inocente, muerto por el cañadón, para que
La pura sangre derramada en la ambición
Por la tierra que aún sigue siendo un desierto hoy.
Ay! tierra mía, ay! tierra mía, para que te despoblaron
Si no te saben poblar
Para que tantas orejas
Si no te saben escuchar,
Aonikenk, aonikenk, aonikenk,
¿esto lo escribiste vos??? poesía pura y grosa, felicitaciones y... gracias!!! eres un poeta de nuestra tierra
EliminarFELICIDADES FER, ERES UN POETA CON GRAN SENSIBILIDAD Y MUCHO AMOR, SIEMPRE ME EMOCIONAN TUS POEMAS .-
ResponderEliminarCONTINUA ASÍ, TE NECESITAMOS...........
Gracias por compartir la magia de tu pluma amigo!!.
ResponderEliminarSiempre escribis cosas bellas pero lo de ésta vez, me tocó lo mas profundo de mi Ser.
Amen amen y que así sea todo lo que escribiste.
Te adorooo