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24 junio, 2014

Cada mañana

Para cuando mis ojos se abrieron nuevamente, el fuego lo había consumido todo…

Las letras, los cuentos, los versos… yacían tendidos por el suelo, como las hojas de un nogal en  el otoño…  A lo lejos el reflejo de las llamas que se retiraban pintaba el cielo de rosa, proyectando las sombras que adornaban aquél oscuro paisaje de mi mente.

Cuanta destrucción. Cómo en un segundo de descuido la vida había tomado el control nuevamente, decidida a reducir a nada tantos intentos, tantos momentos,  tanto deseo de ser. Nada pudo detenerla, nadie puede. Apareció en un sueño y se visto de ella,  le puso voz a sus ojos y armas a sus labios, desató la guerra y los horrores... cenizas, solo cenizas.

Mis manos al suelo,  desesperadas, buscando algo de que aferrarse… aire, las palmas tiznadas, cenizas, solo cenizas.

Desesperanza, lamento y después, después la culpa. Como si el horror del mundo no fuera suficiente, como si hubiese algo más que consumir, algo más que desgarrar.
Silencio, en silencio se gestan los milagros.

Mis ojos comenzaron a llorar, y esa lluvia comenzó a lavar el gris del suelo. Poco apoco las gotas le devolvieron la claridad al cielo raso, y el suelo húmedo, puro, fértil se dejó ver con los primeros rayos de sol.

Corrí las cortinas, me puse de rodillas, respire profundamente y di gracias por haber sobrevivido al fuego de una noche más.


Me puse de pié, me mire en el espejo y comprendí, que debía volver a empezar desde cero una vez más, como todas las mañanas.

03 junio, 2014

Podrás...

Podrás buscar la luz de un nuevo sol
podrás beber su resplandor
hasta saciar tu sed de cielo
pero no podrás dejar de ser
la sombra viva de mi piel
que te reclama en cada sueño

https://www.youtube.com/watch?v=MJDIzb499xo