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26 noviembre, 2013

Abuelas

Que triste serían los domingos
sin ese olor a comida casera,
sin esa mirada de complicidad,
sin esas golosinas de contrabando.

Que tristes serían las tardes
sin sus resúmenes de noticias,
sin el mate amargo con yuyos,
sin el sorteo de la vespertina.

Que triste serían los jardines
sin las flores de sus delantales,
sin el aroma de sus perfumes,
sin las mariposas de sus recuerdos.

Que triste sería la vida
sin ese abrazo con beso en la mejilla,
sin esa señal de la cruz en la frente,
sin ese te quiero, de manos arrugadas.

Que triste sería todo,
que triste....
y que solitario sería el mundo
sin las Abuelas.


20 noviembre, 2013

Entre Lineas

El peligro de poder
leer lo que no dices
cuando hablas,

es que luego de saber
lo que por miedo esconden
tus palabras,

entre tanta información
se empodera la razón
en su verdad,

y el viento tiñe las nubes
de color gris con sabor
a soledad.

Y a mi corazón la duda
se le vuelve impenetrable
como un muro,

no es mejor, ni es peor,
solo veo todo un poco
mas obscuro.




15 noviembre, 2013

Verdades de una mañana cualquiera.

Oyendo verdades... de esas que se cantan, va, o que al menos algunos solían cantar... en fin, oyendo verdades cantadas, es fácil reconocer lo lejos que estamos (yo y todos los que soy) de alguna de ellas.

De las primeras verdades, estamos lejos por pereza. Gran pecado al que nos hemos hecho adictos con el tiempo. Simple, porque nunca tenemos tiempo para acercarnos a ellas, si con tanto trabajo ¿en qué momento del día voy a sentarme a tocar la guitarra? y cómo se les ocurre que voy a permitirme escapar un fin de semana a la montaña para observar el río y escuchar el viento, si tengo tantos compromisos que cumplir, esos dos cumpleaños y esas dos o tres horas sagradas de siesta los Domingos.

De las segundas verdad, estamos lejos por ciegos. Porque así como nos perdemos a las primeras por no hacer el esfuerzo necesario para verlas, de estas nos alejamos por no tener los ojos listos para verlos. Cuantas flores hay en las veredas que cruzo a diario, cuantas hermanas esperando un abrazo, cuantas hermosas historias en los libros que no leo, en las gracias que no doy, cuantas...

Pero si hay unas verdades de las que en verdad estamos lejos, y esto es algo que debo admitir con total crueldad, es de las terceras, es decir, de las verdades que tienen los otros. Porque se imaginaran que no hay manera de reconocer alguna verdad en los demás, porque eso significaría que nuestras verdades  no son válidas y.. vamos... ¿quién de ustedes puede vivir sin sus propias verdades?.

Entonces desde el principio de nuestros tiempos, vivimos solo con nuestras verdades, que, debido a que estamos tan lejos de las primeras, segundas y terceras verdad... terminan siendo verdades vacías, verdades sin verdad, sin experiencias.

Entonces, porque escribimos nosotros, podemos re formularnos y decir, en una mañana cualquiera como hoy, que la única verdad que podemos reconocer hoy, es que vivimos en una terriblemente cómoda falta de verdad, es decir, que yo y todos los que somos vivimos, entre tantas cosas, solos.




11 noviembre, 2013

Dios

Dios suele ser flores,
canto de gorrión
y mariposa.
De a ratos es viento del sur,
ojos verdes, puñado de nubes,
y es caricia.

Dios es ese hijo
que algún día esperaré,
esa abuela que salvó mi vida,
y ese perfume a madreselva
por las noches,
o a pan casero
por las mañanas.

En verdad no sé bien
qué es Dios,
aunque lo intuyo
cuando la escucho cantar
y lo presiento
cuando mis manos escriben.

Entonces Dios
es música y libros,
y estoy seguro.
de que a veces es  un beso,
lo he sentido,
y otras veces
es sonrisa.

Dios es lo que sea
siempre que mire
o escuche
o bese
con ganas
de encontrarlo.



05 noviembre, 2013

Encuentro de Semáforo.

El día se termina, el semáforo hace las veces de reloj y de una ventana a la otra dos miradas se cruzan... el segundero comienza a correr.

Ambos contienen la respiración, llevan tantas vidas sin verse que a sus ojos les cuesta reconocerse, pero sus corazones no lo dudan. Es ella, es el... fieles reflejos que vuelven cada tanto, como vuelve el mar a la arena, a recordarse el uno al otro, a revivir ese amor que fue de los dos y que hoy es un amor por todos.

El se quita los auriculares como queriendo escuchar su vos una vez mas, pero solo se miran. Ella deja caer el libro sobre su falda y apoya su mano contra la ventanilla como queriendo llegar hasta el, pero solo se miran.

Sus ojos húmedos, las sonrisas leves, los últimos rayos de sol del día que se va... si alguien pudiera detener el mundo, si ambos murieran en ese preciso momento estaría bien, porque están juntos pese a ese mar de cemento y vidrio que los separa, siempre han estado ahí el uno para el otro y ahora, una vez mas lo recuerdan.

El semáforo cumple su función, la luz verde y los humeantes motores les avisan que es hora de seguir, un colectivo dobla en la esquina, el otro no. Ella vuelve la mirada a su libro con la mano aún contra el cristal, el toma su celular y escribe rápidamente un mensaje que ella no recibirá, porque hace tiempo a cambiado de número.

"que bueno saber que estas bien"

No hay respuestas, ni expectativas, ni frustración, ni dolor. Solo una suerte de dicha, mezcla de nostalgia con colores... 

Que bello es el sabor que nos dejan los sueños, incluso cuando tan solo duran lo que la luz roja de un semáforo.



Foto/Pintura A. Mazzieri: facebook.com/adrian.mazzieri


01 noviembre, 2013

Dulce Memoria.

Ya no vienen los versos con la lluvia
a mojar mis nostálgicos cristales
y en este oscuro mar de soledades
por la mañana, otra vez, calienta el sol.

Tantas veces he muerto, por amor,
desde alturas innombrables, he caído.
Hoy he vuelto a saltar una vez mas
pero vuelo, porque estas aquí conmigo.

Como si se tratara de esa historia
que entre sueños de escritor me dibujaba,
uno a uno van perdiéndose en tu risa,
y de tanto que perdí, no queda nada.

Mi poema de amor, dulce memoria,
veinticinco años cantándole a la luna,
quién diría, de escribir tantas historias,
hoy me sueño en esos ojos de aceituna.