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17 septiembre, 2015

Hubo un tiempo

Hubo un tiempo, un instante...

Caminaba con los ritmos de la luna y el viento y la lluvia eran signos y mensajes, consejos y reflejos de que todo, absolutamente todo, estaba finamente conectado.

Andaba con los pies descalzos, escribía mas, fumaba menos y las ventanas de la casa siempre permanecían abiertas.

No se me escapaba ni un solo brote nuevo, ni una sola mariposa. Había tantos colores que me faltaban sabbats para agradecer. Se me iba el tiempo entre infusiones y libros de plantas mágicas, las manos llenas de tierra, las suelas gastadas.

Siempre había un sahumerio encendido, una vela ungida, un motivo profundo para detenerme, preparar un baño de romero, y comenzar de nuevo.

Había momentos de silencio y reflexión, lecturas que desvelaban a cualquiera y esas charlas junto al fuego... y los pies frescos en el río.

Tenía tantos motivos, tanto tiempo para verlo todo, tantas costuras en mi mochila y tantos pares de alpargatas gastados....

Hubo un tiempo, un instante... no se qué sucedió, en qué momento me alejé de ese lado de mi alma, pero me siento ajeno a mis ojos hoy.

No puedo reconocer ni mi forma de respirar, pero tal vez, esto sea bueno. No lo se... hay algo profundamente extraño en todo esto y las horas no dejan de consumirse.

Quizás sea bueno recodad que hubo un tiempo, un instante en que podía mirarme al espejo sin temor... quizás sea bueno reconocer, que una vuelta de tuerca después, he vuelto una vez mas a dudar de todo esto.

Dudar de todo... tal vez eso sea bueno... tal vez malo... no lo se.


14 septiembre, 2015

2 años

Quiero ponerle las palabras justas a este momento, pero como temo pecar de plagio y no quisiera caer en las mismas metáforas de siempre, voy a tomar prestadas las palabras y la voz de alguien que alguna vez, con el corazón lleno de mariposas y la garganta llena de flores, se sintió como me siento yo, en este día.


Te sigo queriendo, como el primer día 
Con esta alegría, con que voy viviendo 
Mas con el relevo, de las cosas idas 
En la expectativa, de los logros nuevos 

Como el primer día, del sentir primero 
Como el alfarero de mi fantasía 
Con la algarabía, de un tamborilero 
Y el gemir austero, de una letanía 
Como el primer día, te sigo queriendo 

Te sigo queriendo, valga la osadía, 
Con la garantía, de mis pobres sueños 
Es decir, me empeño, porque todavía 
Vive el alma mía, de seguir creyendo 
Como el primer día, como el primer beso 
Y el primer exceso de melancolía 

Como la afolía del primer intento 
Como el argumento, de una profecía 
Como el primer día, te sigo queriendo 

Te sigo queriendo, si no lo diría 
Se que no podría con mis sentimientos 
Lo que llevo adentro, se convertiría, 
En una jauría, de remordimientos 
Como el primer día, eres el velero 
La estrella y el viento de mi travesía 

Mi filosofía, mi apasionamiento 
Mi mejor acento, mi soberanía 
Como el primer día, te sigo queriendo 

Como el primer día, del sentir primero 
Como el alfarero de mi fantasía 
Con la algarabía, de un tamborilero 
Y el gemir austero, de una letanía 
Como el primer día, te sigo queriendo



Gracias por apostar cada día un poco mas, por animarte a soñar, por no soltarme nunca la mano.

Te amo compañera, Feliz giro solar de este amor.

08 septiembre, 2015

Insatisfacción

He dejado de lado la manía
de pintar las paredes de colores,
he perdido la magia de las flores,
se me ha vuelto tristeza la alegría.

Primavera que pasa inadvertida
sin diucas que decoren la mañana.
Grises mis cabellos, gris mi cama,
porque grises son los ojos con que mira

el alama desde el fondo del abismo,
Las palmas de las manos lastimadas.
Tanta magia que al fin no quedó nada,
solo un sordo silencio de jazmines.

Será esto el llegar a los confines
de la insatisfacción, profunda muerte.
O será solo un mal giro de la suerte
un simple herrar de puerta y de camino.

Amargo, como el suspiro que da el vino
y triste es el maullido de los gatos.
Se consume la vida a cada rato
como vela que olvidaron encendida.

Confusa, incomprensible, oscura vida
deambular por pasadizos y rincones
pero es justo este castigo, aunque perverso,
porque han muerto en mis manos tus canciones

Dios de las eternas privaciones,
ídolo de negras golondrinas,
si pago esta deuda en agonía
¿podrás liberarme un día de la muerte?.






02 septiembre, 2015

¿Para qué?

Hay un silencio gris
de voces viejas,
un aire frío del sur,
sombras oscuras,
árboles secos.

Un vacío de palabras
que me ahoga.
Tanto ruido,
tantos miedos,
¿para qué?

Recuerdos de guerra,
ríos secos y una luz
que ya no está
pero que estuvo
aquella vez.

Ansiedades y miedos
monstruos de ensueño,
y un silencio de gris
de voces nuevas
¿para quién?

¿Quién pregunta?
¿desde dónde?
¿para qué?