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31 julio, 2008

Cuando Muere el Amor

Había pasado tanto tiempo desde la última vez, que ya había olvidado el sonido que emite el amor al morir…
Es, a mis oídos, un chillido agudo, algo así como un grito, que sale de alguna forma inexplicable del pecho con tal fuerza, que aturde a los demás sentidos…

La temperatura del cuerpo baja a mil grados bajo cero, los ojos dejan de ver la luz, los oídos se aturden y nuestro olfato solo percibe ese nauseabundo aroma de un ser en descomposición.

Todo tiembla alrededor, mientras la indefensa victima de un desengaño agoniza segundo a segundo allí a tus pies. . . Comienza a llover en los ojos, y ese nudo en la garganta impide que el aire entre de la misma manera en la que impide que las palabras salgan. . .

Esta muriendo, y debes tomar una decisión, pues sabes, hay quienes dicen que el amor no muere jamás, pero preferirías que todo terminara en ese instante, que necesidad de sufrir así, si todo puede terminar de una vez…

Te acercas un poco, el sonido es insoportable, te descompensas, te mareas, y finalmente caes rendido al piso, no tienes fuerza para levantarte pues ese ser q agoniza las ha usado todas en su ultimo grito.

Una tormenta de recuerdos pasa por tu mente y solo empeora las cosas, la luvia se agudiza, ya casi no puedes ver y lo tienes en tus brazos, el grito se pierde de a poco, muy de a poco. . .

Qué hacer. . . podrías intentar re animarlo, tal vez asi se componga todo, quizás sea la solución, pues ¡vale a caso la pena morir por tan tontos motivos?, ¿es que a caso no tienen cura esas heridas?…
O podrías poner tu mano sobre su boca y extinguir para siempre lo poco que le queda de vida…
Dejarlo morir por su cuenta sería un suicidio, pues no sabes cuanto puede durar esa agonía, y si se extiende demasiado tu cuerpo no lo aguantaría. Ya sabes bien que el amor “cuando no muere mata”. . .
Pero ¿matarlo? Por qué si era tan bueno, tan bello, tan puro, qué ser sin corazón pudo causar tal daño a tan hermosa criatura, con qué necesidad…

Lo abrazas fuertemente, como cuando te despides de un amigo, demasiado fuerte, contra tu pecho, le impides asi respirar, mientras le susurras al oido palabras dulces, esas palabras que en otro momento le hubiesen salvado la vida, pero que ahora solo sirven de consuelo…

Su cuerpo se queda inmóvil después de unos segundos, el sonido desaparece por completo, tus ojos se abren de nuevo… un silencio tan fino y profundo como la oscuridad misma en la que te encuentras… algo asi como un estallido y al fin, la calma…

Miras tus brazos y el ya no está ahí, se ha ido, tal vez por hoy, tal vez para siempre, te incorporas y lo sientes por primera vez… esa falta, esa angustia, esa pena que te recorre, esa desolación…

No es mas que el inmenso vacío que deja el amor, cuando muere…

Fer # 16

29 julio, 2008

Querido Amor:

Te escribo estas líneas, no para pedirte explicaciones, ni remaches, ni consejos… a diferencia de lo que dicen todos, te escribo para agradecerte.

Si, para agradecerte a cos que sos el mas loco y siego entre todos nosotros, al mas noble de mis sentimientos, al de las cosquillas en la panza, al de los ojos que brillan, hablan y lloran, al de los profundos suspiros, al de los nervios… a mi amor.

Podría, es verdad, preguntarte tantas vece por qué… pero no solo seria inútil darle motivo a tantas otras cosas, si no que a demás, a esta altura, y ano me sirve de nada.

Por eso me limito a agradecerte, por luchar día a día con el fantasma del pasado, luchando contra tanta cordura, y tantas dudas… y a pesar de todo te mantienes ahí, firme, con los ojos clavados en el cielo, como ayer, como siempre…

Todavía recuerdo cuando nos conocimos, teníamos unos 16 años, la primera vez que sentí esas cosquillas (como le llamo yo a tu vos), recorriendo mi cuerpo de pies a cabeza…
Como olvidarme, éramos unos niños y aunque algunas noches siento que jamás llegué a comprenderte ni un poquito, se que vos conoces cada uno de mis pasos.

Nos enamoramos por primera ves, cuando tus ojos se posaron sobre esa paloma que paso, esa noche de julio, por nuestro cielo… siempre te gusto tanto la noche…

Crecimos juntos, y aprendimos tanto… y la vimos crecer… y llegado el momento tomamos caminos distintos, el tiempos e hizo distancia y tus ojos se clavaron en el cielo nuevamente..
Seguíamos juntos, todas esas noches, admirando cada estrella, riendo cada mañana del sol… y paso mucho tiempo no?, pero nos volvimos a enamorar.

Fue raro, mucho mas raro que la ves anterior, porque vos no soles mirar al cielo de dia, y mucho menos cuando esta lloviendo, pero esa tarde no se que paso.
Quizás halla sido otra de las brillantes recetas de tu amigo destino, tal vez no quien sabe… el caso es que tu mirada se quedo perdida siguiendo a ese pajarito mojado que paso frente a nosotros esa tarde de enero…

Y pese a como fue que se nos fue de las manos todavía, cada tanto, te gusta mirar para atrás, recordar y reírte de lo mucho que diste y de lo que quedo…

También somos nuevos en esto (por no decir vírgenes) de “condenar a la hoguera los archivos”, pero estas de acuerdo con el mundo cuando te dice “Persona justa, momento justo, relación justa” jajaja, se que si, si te conozco como si te llevara cada día de mi vida prendido aquí en mi pecho.

En fin… Tanto recordar me ha dado sed (no se por qué pero me contagiaste eso de “cerveza y risa para el buen recuerdo”). Pero esto tampoco viene al caso.

Empecé a escribir para agradecerte, y eso voy a hacer.

Gracias Compañero de mi alma, por darme tantos motivos, tanta esperanza, tantos besos de esos que quitan el sueño, tantas risas, tantas ganas.

Gracias por matar siempre de un golpe tantos miedos, gracias por saberme loco enamorado, gracias, porque hoy que miramos juntos al cielo como la primera vez, solo me dedico a seguir tus ojos, con la esperanza, y la emoción de no saber, que bella ave a de robarse tu mirada esta vez, y que tan lejos vamos a volar.

Por eso gracias, loco amigo, porque pese a que todos te culpen por mis lagrimas, los dos sabemos que tu vos no duele nunca y que si por algo he de llorar, es por la risa que esas cosquillas me causaron, me causan y me van a causar siempre.

Gracias por la vida, Gracias por el hoy, gracias por darme, como siempre, algo en que creer.

FER # 16