Sí, puedes volar tan alto como quieras, pero mi consejo sigue siendo el mismo, Vuela Bajo.
Vuela bajo para no perderte la bella imagen que tu figura genera al reflejarse en el lago una tarde sin viento, Vuela bajo...
Vuela bajo para que las nubes no tiñan de blanco todos tus paisajes, hay muchos colores que no conoces aún y solo se encuentran en las flores mas pequeñas, en los insectos mas extraños.
Vuela bajo, porque es bueno aprender de los hombres y esto es posible solamente si te acercas los suficiente para verlos.
No dejes que el sol, por estar cerca, te ciegue de luz, pues las pasiones mas grandes se viven a la sombra. La noche tiene millones de secretos, pero no los encontrarás en su cielo, si no en los seres que la habitan.
Vuela bajo, porque las emociones mas exquisitas de esta tierra se experimentan en un cuarto de hotel de paso, a media luz y sin cenar... y porque no hay alhajas, por valiosas que sean, que reemplacen el abrazo de un amigo o el chocar de dos copas de vino barato un Lunes a media noche.
Te amo, por eso te lo digo. Y sí, puedes volar tan alto como quieras, pero hazme caso... Vuela Bajo.
Dejé pasar el tiempo entre tu y yo
vistiendo de amarillo los papeles,
dejando al desamparo a mi cibeles,
sin anillo en su blanco corte ingles.
Desarmé mis maletas de una vez
y decidí recuperar el equipaje
que he sabido dejar en cada viaje
pretendiendo dejar de ser quien soy.
Comprendí que no se puede luchar,
que en la cumbre o en el fondo del abismo,
el que fui y el que seré son solo el mismo
reflejo en el espejo del que hoy
regresa. En mis manos de escritor,
tras esta larga ausencia programada,
junté a todos los duendes y las hadas
para embellecer al mundo con amor.!