Detrás de la frontera de las flores
un beso vigila agazapado.
Contempla, observa, libre de
pasados,
a la boca que será su boca un día.
Hogar de le intangible fantasía
del encuentro sensible de los labios
color fuego, sabor miel, que no ha
besado
pero que sueña besar perdidamente.
Torbellino de miedos que en su mente
entre dudas re calcula cada paso,
cada segundo, cada risa, cada abrazo
Y de tanto calcular no llega nunca
a ver que en esos labios que desea
sentir suyos, el amor desesperado
lo espera en silencio, agazapado,
detrás de la frontera de las flores.
Cada flor es la esperanza de un amor, agazapado. |