Me declaro adicto al sabor
de los besos dados a escondidas,
al las miradas desprevenidas,
ante todo, adicto al amor
Al sonido ensordecedor
de las olas bailando en la arena,
al calor del sol cuando quema,
a la lluvia, o mas bien a su olor.
A las pausas que duran mil años
a los sueños que nunca recuerdo
a todo lo que es simple y sincero,
soy adicto al invierno y al dios
que vive en todo lo que sos,
cuando escribo y tu lees mis notas,
soy adicto a tu piel y tu boca
y mi vicio primero es tu voz.
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