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13 junio, 2010

A Dos Años...

Setecientos treinta días.
me parecen un solo momento,
legado maldito del tiempo
donde todo comienza de nuevo.

Dos años atrás, lo recuerdo,
se fundía el acero y el oro,
la pena, la hoguera, el decoro,
la risa, el abrazo, el pasado.

Veinticuatro meses cumplidos en letras
si una parte de ti aun existiera,
no sería tan feliz la primavera
que disfraza de sol este invierno,

porque al peor de mis males fui luz
y esa luz fue camino y estrella
encontrando en las bocas mas bellas
la lección ciegamente añorada.

Hoy que ya no queda mas nada
levanto mi copa tres veces
por ese sábado gris de mi historia
y el respeto que tanto merece,

el amor que luego comprendí
y que no podría siquiera explicarte,
pues mis verdades podrían matarte
si tan solo supieras de mi.

Por eso es que de las cornisas
que corrimos en aquel febrero
se adueñó por completo mi vuelo
no hay ojal para ti en mi camisa.

Pero por ser mi pasado fugaz,
mi lección, mi maestra y mi pena,
a la luz de esta luna tan llena
pediré como hice tantas veces,

que la vida devuelva con creses
cada gota de amor invertido
que si de algo me sirve el olvido
es para aprender que de un golpe se aprende

como todo lo que aún no ha entendido,
el corazón de mi ultima amada
inventaré nuevos cuentos de hadas,
19 Mafaldas y 500 Diegos.

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