A lo lejos, el Sol es una blanca
luz que ya no entibia las mejillas,
las veredas reciben, en su abrazo,
una lluvia hojas amarillas.
Los frutos dispuestos a caer
para el ritual de la semilla nueva,
la sabia desciende, a descansar,
al vientre de la madre que la espera.
Las mañanas se vuelven silenciosas,
los gorriones ya no salen de sus nidos,
la Noche Larga anuncia su llegada,
no, no hay muerte, solo ausencia de sonido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario!