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06 junio, 2013

Mientras Fumas

Cada duda en mi interior es como una lucha... o mas bien una guerra, donde cada uno de los bandos se arma hasta los dientes y se lanza con todas sus fuerzas contra el otro. Entonces el estallido, la creación, es inevitable.

Y mientras esto se sucede una y otra vez, me siento, bebo un poco de cerveza roja y me entrego a ese debate... Me pienso y me re pienso, pero no logro saber con certeza si me gustas mas cuando me besas o cuando fumas.

Enamorado, tal vez podría describir con detalles lo que sucede cuando nuestras bocas se encuentran en ese duelo de labios y pasiones y virtudes... o la electricidad que sube por mi espalda cuando tus manos se clavan en mi nuca, y tu respiración, en mi respiración y esa nada en la que nos convertimos cuando nos separamos (casi siempre con violencia) para vernos allí, tan faltos del otro, tan deseosos de mas, y a la vez de menos, pero sobre todo de mas... y de vuelta nuestros besos, que son tan distintos a tus besos con el.

Si... cerrando los ojos por un minuto podría revivirlo todo una y otra vez, cualquiera de las veces... pero entonces te pones de pie, caminas hasta la ventana, me sonríes y enciendes un cigarrillo.

La duda, el duelo, el debate nuevamente... pero ahora los besos no son nada, la cerveza se entibia en mi mano y me recuesto un poco en el sillón para observarte. y tu allí,con el hombro contra el vidrio entre abierto, los brazos cruzados y esa mágica pausa entre  pitada y patada... es como una danza sagrada, como un complejo ritual que se consagra con el humo escapando entre tus labios.

Tal vez por eso me gustas tanto mientras fumas, porque me gustas también de otras formas, pero mas me gustas mientras fumas. Por la gracia con la que el humo te conecta con el mundo, por como entre cierras los ojos al chispear el encendedor...

O será que mientras fumas, y  te observo, puedo imaginarme en ese humo, puedo jugar a ser ese humo que exhalas, ese aire viciado que te recorre pecho adentro llegando a esos lugares a donde ni mis besos, ni mis ojos, ni mis manos podrán nunca llegar...  O tal vez es que imagino que ese humo es el mismo que entra en mi boca si me besas luego de fumar (aunque eso no suele suceder).

Tus labios, el humo, mis labios... tal vez me gustas mas cuando me besas, o cuando fumas que para mi imaginación es lo mismo... tu cabeza se inclina hacia  atrás, tu boca, otra pitada.

Bebo otro trago de cerveza, y te beso con los ojos, y me besas en el humo... nos besamos... y yo sigo en mi debate.

Ridículo debate, absurda obsesión por encontrarle una razón a las razones que por no tener razón no entiendo. Miedo de no saber que me sucede... eso lo resume... Miedo.

Miedo de estar mas enamorado de tus besos que de ti, o de cuando fumas que de cuando me besas... miedo, miedo, miedo, tu boca, el humo...

Entonces apagas el cigarrillo, te sientas junto a mí, me arrojas el último resto de humo en el rostro... sabes que por dentro la lucha me está volviendo loco, lo sabes, y lo disfrutas. Tal vez por eso fumas, porque me enloquece verte... tal vez por eso me besas.

Tal vez por eso me gustas, porque me besas y porque fumas, y porque al fumar también me besas... pues si no fumaras, nos besaríamos menos, o al menos yo habría perdido la posibilidad de besarte en el humo que respiras.

Entonces sin hablar te sientas sobre mí, te bebes mi cerveza y comienzas a desvestirte...

¿Desnuda o semi desnuda?... otra batalla, otra duda, otro duelo... tal vez, otra historia.




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