Estallan desde el fondo los cristales,
huele a fuego interno y agonías.
Las malas y las buenas compañías
se ahogan juntas en el mar
de las dudas. Mi canción
suena tan desafinada,
de luto se visten las hadas,
sola bailas, Soledad.
Qué ser lleno de maldad
congeló esta primavera,
y aunque no sea la primera
esta será la última vez
que por ser parte y ser juez,
de este mundo del "supuesto",
caiga en el plan siniestro
de un amor que nunca fue.
Ya no es cuestión de tener fe,
ni de malas decisiones,
a veces, dos corazones,
sin ser uno se hacen tres.
La sed de besos mata al pez
que no murió por tu boca,
y aunque la parca me provoca
vuelvo empezar otra vez.
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